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    Historia de la curtición

     

    La estrecha unión que existe entre el hombre y la piel hay que reconducirla a los orígenes de nuestra existencia. De echo las primeras elaboraciones de ese tipo de material se hicieron para cubrirse del frío, para protegerse de la lluvia o para transportar líquidos ya a partir desde la edad prehistórica.

    Las pieles se obtenían de los animales cazados o de la crianza de animales para nutrirse y desde el principio se pudieron observar las principales características de resistencia y fácil localización. A pesar de las numerosas cualidades, éstas tendían a descomponerse durante las estaciones cálidas y a endurecerse durante las épocas más frías.

    Se ignora si de manera casual o no se descubrió que era posible tratar las pieles de animales con el objeto de hacerlas duraderas e inalterables. Al principio se utilizaban grasas animales, después se utilizó la técnica del ahumado (que se convirtiría posteriormente en el curtido aldehídico) y la de la desecación hasta llegar a la que hoy en día llamamos curtido con taninos (sustancia que se desprende durante el proceso de descomposición de las hojas y que tiene conocidas cualidades para el curtido). Finalmente, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX se introdujo la curtición con cromo que además de ser más sencilla, reducía considerablemente la duración del tratamiento de las pieles.

    Entre el siglo XVIII y el siglo XIX nacieron en Arzignano las primeras curtidurías. Este fenómeno se debe a la posición de la ciudad, situada en el alto valle del Chiampo (río que cruza Arzignano y da el nombre al pueblo limítrofe), rico en reservas de agua. Este factor, junto a la laboriosidad de la mano de obra de esta zona, permitió que Arzignano se convirtiera con el tiempo en el polo mundial del curtido.

    En los últimos años además, las técnicas se han perfeccionado. Nuevas sustancias y nueva maquinaria han permitido que la actividad curtidora se convierta en una verdadera industria, transformando un subproducto de la industria alimentaria en un material preciado que representa una de las raíces más profundas de nuestra relación con la naturaleza.